La escuela que queremos
Para crear una escuela ideal hemos analizado los puntos mas esenciales. Entre ellos:
1. Infraestructura
La infraestructura de nuestra escuela
ideal tendría espacios acogedores, amplios y luminosos como lo expresa el Dr.
Manuel Fernández Navas y la Dra. Noelia Alcaraz Salarirche permitiendo que los
estudiantes se adueñen del espacio, ya que pasan la mayor parte del tiempo en
la escuela. Además se deberían incluir retos interesantes, donde se le
incentive al niño a elaborar y compartir sus trabajos y estos a su vez sean
utilizados como decoración del aula.
Conjuntamente los espacios deben ser
interconectados, diversos y flexibles como lo expresó la Dra. Encarna Soto
Gómez en la entrevista. Donde los estudiantes puedan moverse; hagan uso de
herramientas tecnológicas; donde disfruten de espacios individuales donde el
estudiante pueda leer con tranquilidad y un espacio en grupo que
promuevan el debate y el trabajo colaborativo; y sobre todo el espacio tenga
relación con la metodología que imparta la docente.
Otro aspecto que creemos importante es que
se debe contar con espacios naturales, es decir que hayan jardines donde los
estudiantes, puedan explorar lo que les rodea favoreciendo así a la
creatividad de los niños. Además se deberían incluir adaptaciones para los
estudiantes con discapacidad.
2. Metodología
Al planear nuestra escuela ideal,
recalcamos que la metodología es la base en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, porque esta debe atender a las necesidades de
aprendizaje de todos los alumnos/as. Una escuela ideal debería lograr que
los aprendizajes de los estudiantes sean significativos. Por eso proponemos
tres estrategias que serán empleadas en nuestra aula:
- Aprendizaje basado en
problemas, consiguiendo que los estudiantes sean reflexivos, críticos,
entre otras habilidades.
- Aprendizaje cooperativo, el
empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan
juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás
- Los niños pasan muchas horas en
la escuela, por lo que es necesaria la participación conjunta, en las
actividades, es decir, necesitan estar en grupo y relacionarse para
sentirse como en familia, vivir juntos pero fuera de casa.
3. Conocimiento- contenidos
En la escuela ideal, los conocimientos y
contenidos que se van a aprender, dependen de que contenidos faciliten a
los estudiantes desarrollar sus capacidades, actitudes, habilidades, valores y
conocimientos, atendiendo a la diversidad. Es muy importante que sientan como
disfrutar, de lo que están aprendiendo y cómo se desarrollan estos contenidos
en su día a día.
Un contenido que les estimule al
estudiante el deseo de aprender, así la enseñanza basada en problemas y
proyectos es en donde los docentes trabajan conjuntamente en una forma
organizada y sistemática para diseñar dichos problemas que saturan el
currículo puesto que se tiene que tener claro lo que deben aprender los niños y
el objetivo de este. Más que contenido debe ser el desarrollo de competencias y
aptitudes, el generar un currículo estimulante y motivador que atienda a las
necesidades e intereses de los estudiantes.
5. Organigrama escolar
El
Organigrama escolar es un instrumento metodológico fundamental que debe tener la
escuela ideal, dado que es la raíz del desempeño institucional, representa de
un modo descriptivo la estructura organizacional de la institución como es la planificación, comunicación, etc. Este
instrumento permite visualizar el conjunto de recursos humanos, las funciones, la
manera en que se organizan y conectan los equipos de trabajo en la comunidad educativa.
Al mismo tiempo, manifiesta las diversas relaciones que se pueden dar en la
organización entre los cargos y equipos de trabajo para el efectivo progreso de
procesos educativos dirigidos al logro de la Misión escolar. Además el organigrama debe
ser democrático orientado a facilitar la
realización de proyectos, y que se respete las voces de todos como lo dice el Dr.
Manuel Navas.
5. Material
didáctico y recursos tecnológicos.
Para la escuela ideal que proponemos los materiales
están en un segundo plano, es decir dependen de cómo enseña el maestro y qué
función da a los materiales. No importa si los materiales son increíbles, si el
docente no los sabe utilizar no favorece al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por eso el material didáctico que se emplee en la escuela ideal tiene que estar
relacionado con el plan de clase y adecuarse a este. Por eso los materiales que
se deben usar son: cartulinas, plastilina, pinturas, cartón, papel de colores,
legos, cuadrantes, entre otras cosas que despierten el interés de
los estudiantes por aprender. Asimismo estos materiales se los pueden encontrar
en el contexto de la escuela, es decir en una clase de ciencias naturales, al
estudiar las plantas no existe mejor que el huerto escolar donde los
estudiantes manipulen y exploren las plantas que sería su material didáctico.
La tecnología sí ha cambiado la forma de
aprender, es una situación que la escuela no puede dejar a un lado, sino
incorporase para favorecer el aprendizaje de los niños/as. Por eso en la
escuela ideal, los docentes deben emplear diferentes recursos tecnológicos para
enseñar, debido a que estos desarrollan interés en los estudiantes por sus
imágenes, colores, sonidos. Además los estudiantes tienen que aprender a darle
un buen uso a la tecnología, con el fin de mejorar su aprendizaje. Por ejemplo
los estudiantes pueden utilizar la aplicación de ‘‘Google Earth’’, para
aprender de una manera más entretenida geografía y no simplemente mirar la
imagen en un libro, sin color ni animación.
6. Evaluación.
En materia de educación, Ecuador necesita
sin duda alguna una escuela donde se evalúe y no se califique, ya que calificar
a los estudiantes es sinónimo de selección de “fracasados” y “exitosos”.
Ecuador no quiere una población separada en sectores de fracaso y de éxito,
sino una sociedad equitativa y responsable. Para lograr aquello la escuela debe
evaluar y no calificar. Evaluar es un proceso de control de aprendizaje que va
desde el diseño de un contexto evaluativo hasta ejecutar nuevas estrategias
para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje de manera en solventar las
deficiencias del profesorado y del estudiantado. A continuación se presenta un
esquema del significado “evaluar” como un proceso educativo:
Evaluar en las escuelas no consiste en
poner un número al conjunto de respuestas que registrar los estudiantes en un
instrumento evaluativo. Evaluar va más allá de reproducir la cultura, de medir
memoria y subjetivamente poner un número a las respuestas que predictivamente
esperamos en los alumnos. Evaluar es hacer una pausa (observación con lupa) al
proceso de enseñanza-aprendizaje. La lupa gira en torno al acompañamiento del
docente a aquel diseño de evaluación orientado a identificar la interacción, las
habilidades, capacidades, aptitudes y actitudes que responden los estudiantes.
El profesor a la vez que hace un registro
de la conducta (filmaciones, fotografías, etc.) ya sea grupal o individual de
sus aprendientes, está testificando los logros y/o deficiencia escolar frente a
problemas y ejercicios destinados a identificar lo que el estudiante ha
aprendido. Aquellas deficiencias se ven tratadas en el feedback aplicado por el
docente hacia sus alumnos y en el rediseño de metodologías para que el estudiante
alcance los objetivos de la educación escolar.
En definitiva, la evaluación es un proceso
de: elaboración del diseño evaluativo, registro de incidentes de la conducta
estudiantil, análisis de los comportamientos frente la instancia destinada a
evaluar los objetivos de aprendizaje, retroalimentar las deficiencias y
ejecutar nuevas estrategias para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje
de mejor manera. Para llevar a cabo este proceso tanto maestro como estudiantes
deben estar involucrados, existiendo una Heteroevaluación (profesor de clases),
una coevaluación (entre estudiantes), autoevaluación (uno mismo) y una
evaluación externa (profesor ajeno la clase). Así el control de los logros de
aprendizaje se lo realiza desde varios enfoques y las acciones a mejorar serán
variadas y seguramente efectivas.
Uno de los cuestionamientos más polémicos
es ¿Qué evaluar? Si educamos con la finalidad de preparar al individuo para su
vida intrapersonal, interpersonal, afectiva y laboral, debemos evaluar
exactamente lo que enseñamos. En otras palabras evaluamos “el para qué
enseñamos”. Enseñamos para preparar al individuo para una vida real, una vida
fuera de las cuatro paredes de un aula clase. Una vida donde el conocimiento,
las aptitudes, actitudes, habilidades y competencias son requisitos para la
supervivencia humana.
Para crear una escuela ideal hemos analizado los puntos mas esenciales. Entre ellos:
1. Infraestructura



2. Metodología
Al planear nuestra escuela ideal,
recalcamos que la metodología es la base en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, porque esta debe atender a las necesidades de
aprendizaje de todos los alumnos/as. Una escuela ideal debería lograr que
los aprendizajes de los estudiantes sean significativos. Por eso proponemos
tres estrategias que serán empleadas en nuestra aula:
- Aprendizaje basado en
problemas, consiguiendo que los estudiantes sean reflexivos, críticos,
entre otras habilidades.
- Aprendizaje cooperativo, el
empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan
juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás
- Los niños pasan muchas horas en
la escuela, por lo que es necesaria la participación conjunta, en las
actividades, es decir, necesitan estar en grupo y relacionarse para
sentirse como en familia, vivir juntos pero fuera de casa.
3. Conocimiento- contenidos


5. Organigrama escolar

Al mismo tiempo, manifiesta las diversas relaciones que se pueden dar en la organización entre los cargos y equipos de trabajo para el efectivo progreso de procesos educativos dirigidos al logro de la Misión escolar. Además el organigrama debe ser democrático orientado a facilitar la realización de proyectos, y que se respete las voces de todos como lo dice el Dr. Manuel Navas.
5. Material didáctico y recursos tecnológicos.
Para la escuela ideal que proponemos los materiales
están en un segundo plano, es decir dependen de cómo enseña el maestro y qué
función da a los materiales. No importa si los materiales son increíbles, si el
docente no los sabe utilizar no favorece al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por eso el material didáctico que se emplee en la escuela ideal tiene que estar
relacionado con el plan de clase y adecuarse a este. Por eso los materiales que
se deben usar son: cartulinas, plastilina, pinturas, cartón, papel de colores,
legos, cuadrantes, entre otras cosas que despierten el interés de
los estudiantes por aprender. Asimismo estos materiales se los pueden encontrar
en el contexto de la escuela, es decir en una clase de ciencias naturales, al
estudiar las plantas no existe mejor que el huerto escolar donde los
estudiantes manipulen y exploren las plantas que sería su material didáctico.
La tecnología sí ha cambiado la forma de
aprender, es una situación que la escuela no puede dejar a un lado, sino
incorporase para favorecer el aprendizaje de los niños/as. Por eso en la
escuela ideal, los docentes deben emplear diferentes recursos tecnológicos para
enseñar, debido a que estos desarrollan interés en los estudiantes por sus
imágenes, colores, sonidos. Además los estudiantes tienen que aprender a darle
un buen uso a la tecnología, con el fin de mejorar su aprendizaje. Por ejemplo
los estudiantes pueden utilizar la aplicación de ‘‘Google Earth’’, para
aprender de una manera más entretenida geografía y no simplemente mirar la
imagen en un libro, sin color ni animación.
6. Evaluación.
En materia de educación, Ecuador necesita
sin duda alguna una escuela donde se evalúe y no se califique, ya que calificar
a los estudiantes es sinónimo de selección de “fracasados” y “exitosos”.
Ecuador no quiere una población separada en sectores de fracaso y de éxito,
sino una sociedad equitativa y responsable. Para lograr aquello la escuela debe
evaluar y no calificar. Evaluar es un proceso de control de aprendizaje que va
desde el diseño de un contexto evaluativo hasta ejecutar nuevas estrategias
para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje de manera en solventar las
deficiencias del profesorado y del estudiantado. A continuación se presenta un
esquema del significado “evaluar” como un proceso educativo:
Evaluar en las escuelas no consiste en
poner un número al conjunto de respuestas que registrar los estudiantes en un
instrumento evaluativo. Evaluar va más allá de reproducir la cultura, de medir
memoria y subjetivamente poner un número a las respuestas que predictivamente
esperamos en los alumnos. Evaluar es hacer una pausa (observación con lupa) al
proceso de enseñanza-aprendizaje. La lupa gira en torno al acompañamiento del
docente a aquel diseño de evaluación orientado a identificar la interacción, las
habilidades, capacidades, aptitudes y actitudes que responden los estudiantes.
El profesor a la vez que hace un registro
de la conducta (filmaciones, fotografías, etc.) ya sea grupal o individual de
sus aprendientes, está testificando los logros y/o deficiencia escolar frente a
problemas y ejercicios destinados a identificar lo que el estudiante ha
aprendido. Aquellas deficiencias se ven tratadas en el feedback aplicado por el
docente hacia sus alumnos y en el rediseño de metodologías para que el estudiante
alcance los objetivos de la educación escolar.
En definitiva, la evaluación es un proceso
de: elaboración del diseño evaluativo, registro de incidentes de la conducta
estudiantil, análisis de los comportamientos frente la instancia destinada a
evaluar los objetivos de aprendizaje, retroalimentar las deficiencias y
ejecutar nuevas estrategias para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje
de mejor manera. Para llevar a cabo este proceso tanto maestro como estudiantes
deben estar involucrados, existiendo una Heteroevaluación (profesor de clases),
una coevaluación (entre estudiantes), autoevaluación (uno mismo) y una
evaluación externa (profesor ajeno la clase). Así el control de los logros de
aprendizaje se lo realiza desde varios enfoques y las acciones a mejorar serán
variadas y seguramente efectivas.
Uno de los cuestionamientos más polémicos
es ¿Qué evaluar? Si educamos con la finalidad de preparar al individuo para su
vida intrapersonal, interpersonal, afectiva y laboral, debemos evaluar
exactamente lo que enseñamos. En otras palabras evaluamos “el para qué
enseñamos”. Enseñamos para preparar al individuo para una vida real, una vida
fuera de las cuatro paredes de un aula clase. Una vida donde el conocimiento,
las aptitudes, actitudes, habilidades y competencias son requisitos para la
supervivencia humana.
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